Va a cumplirse un mes desde que puse en marcha este blog y recuerdo mencionar que publicaría toda aquella anécdota o experiencia merecedora de ser leída y releída mil veces. Hoy contamos con una composición de Claudia Rodríguez Vela atleta del Colegio Base y pupila de Isidro Arranz presidente de la FAM.
A
día de hoy me gustaría compartir con vosotros mi pasada temporada
en el atletismo
y con ello, experiencias y lecciones que no solo valen en el deporte, sino
también en la vida.
A
menudo los deportistas mencionamos ''qué duro es el deporte cuando
uno no
está al 100%'' o ''qué duro es el hecho de estar lesionado´´. Yo
lo he vivido.
Llevaba una trayectoria en progresión, cada temporada era mejor que la
anterior. Siendo cadete de segundo año alcancé mi máximo nivel y conseguí
logros que sobrepasaron mis objetivos. Empezó la temporada de cross
y con ella el Campeonato de España por clubes que tuvo lugar en la ciudad
de Marina D'Or. Entré a meta en segunda posición, logrando así una
de las
mejores carreras de toda mi trayectoria deportiva...pero no la mejor.
Al mes
siguiente mis compañeras de equipo y yo nos trasladamos a la isla de Malta,
para disputar el deseado Mundial de Cross que soñábamos desde que eramos
atletas del Colegio Base. Superamos las expectativas y alcanzamos un sorprendente
5º puesto a nivel mundial y 2º puesto a nivel europeo. Siempre me
había considerado una atleta de campo a través, una luchadora en el
frío pero
mi mayor éxito tuvo lugar en la prueba de obstáculos en pista. Para concluir
una semana increíble al lado de mis amigas atletas me proclamé tercera
de España en los 1500mobst. Entras a meta y lo primero de todo no te lo
crees, ¿estoy entre las tres mejores de España?, ahí es cuando
llegan amigos,
familiares y personas que te apoyaron y animaron durante todo ese año
para decirte que sí, que lo lograste. La temporada no pudo finalizar
mejor. Recibí
felicitaciones de muchas personas, de algunas ni las esperaba y es difícil
expresar como se siente una al ver la cara de orgullo de sus padres y ver
como todo esfuerzo y todas esas horas de entrenamiento dan sus
frutos. Comenzó
septiembre y con él la vuelta a los entrenamientos. Me encontraba con
la autoestima alta y con más ilusión y ganas que nunca. Contaba que
esta temporada
iba a ser difícil, era de primer año en la categoría juvenil y no
me quedaba
otra que seguir luchando incluso más que antes. Llegaron las competiciones,
crosses, millas y carreras populares. Mis sensaciones no eran las
mejores, no disfrutaba corriendo. Algo no iba bien, mis ganas disminuyeron
y tenía la impresión de que corría por correr. La temporada continuaba
y llegó el Campeonato de España de Cross por clubes del cual guardaba
muy buenos recuerdos. Al ser el primer campeonato nacional de la temporada
llegaba con mucho ánimo y confianza. Pero la mala suerte proseguía
y un proceso gripal me impidió poder lucharlo. Empezó la competición
y yo me hallaba en el cajón de salida, debía completar el equipo. A
escasos metros del pistoletazo tuve que retirarme. Estaba hundida. Me encontraba
en uno de mis peores momentos deportivos pero la palabra ''rendirse''
no entra en mi vocabulario y seguí entrenando más que nunca y mejor
que ninguna. La mala suerte persistía y una lesión muscular me tuvo retirada
de los entrenamientos. Poco a poco fui recuperándome y pasé de entrenamientos
poco intensos a las duras series. Cuando volví al alto nivel ya era
demasiado tarde, muchos de mis objetivos se esfumaron pero continuaba mi
principal propósito desde el día 1, ser una de las 6 atletas que se desplazaría
a la ciudad checa de Karlovy Vary. Y lo conseguí. Logré el sueño de
clasificarme para mi segundo mundial escolar y consecutivo. Cada
mundial es
diferente pero ambos tenían algo en común, tienes la suerte de
conocer a personas
de diferente cultura, idioma y religión, de convivir con tu equipo y diferentes
países y pasar momentos y experiencias que siempre recordarás y revivirás.
No
fue una buena temporada, pero esto es atletismo, algunas veces
estarás en la
cima y cuando crees que nadie te va a poder mover de ahí, viene una
mala racha
y caes en picado y toca volver a levantarse y ascender. Este último
año me
ha servido para poder comprobar que existen personas que aparecerán cuando
estés en lo más alto y que desaparecerán cuando tu estado de forma no
sea óptimo. Las personas que merecen la pena son aquellas que viven contigo
lo bueno y lo malo, que te apoyan y animan y te echan una mano si es
necesario. Viví el dicho de que ''todo esfuerzo tiene su
recompensa''. Esto es
lo que tiene el deporte, no siempre vas a estar en lo más alto pero
no por eso
hay que dejar de luchar.
Escrito por: Claudia Rodríguez
Editado por: Alba López